El derecho y la propiedad intelectual
Recientemente mis opiniones sobre propiedad intelectual generaron un conflicto en un grupo de aficionados bien intencionados cuyo
fin es el de recolectar historietas, recopilarlas en colecciones
completas, promocionarlas y subirlas a internet y algunas redes sociales.
En realidad mi opinión no era contra ese ni ningún otro grupo de "recopiladores". Era una simple observación en la que afirmaba (y lo sigo haciendo), que
las violaciones a la propiedad intelectual de los autores no se evitan
mediante leyes, procedimientos judiciales ni acciones policíacas. La única solución al problema del uso indebido de la propiedad intelectual es la EDUCACIÓN.
Para que tengas un contexto adecuado, me refiero e un grupo conocido como "Columberos", al que puedes encontrar en internet y en facebook.
No dudo de las buenas intenciones de este u otros grupos similares que dan vueltas por allí. Estoy seguro que su finalidad no es delinquir. Pero como tantos otros, obrar con buenas intenciones no significa que lo que hacen es LEGAL. Todo lo contrario. El tema de la propiedad intelectual está tan tratado en internet que hasta me resulta aburrido. Pero así y todo, me tomo el tiempo de escribir esta nota.
Las violaciones a la propiedad intelectual de los autores, cuando no son abiertamente delictivas, son llevadas adelante por gente que muchas veces es bien intencionada... pero completamente ignorante de las leyes y del daño colateral que producen por sus "buenas intenciones".
Y
esto se produce por un inmenso vacío educativo respecto a las leyes de
propiedad intelectual no sólo de los miembros de esos grupos, sino de
toda la sociedad, especialmente la Latinoamericana, acostumbrada a la vida rutinaria de "piratería". Que muchas veces es innecesaria.
Obtener software,
música, videos, libros, artículos y muchos otros artículos pirateados,
crackeados, sometidos a procesos dudosos para generar servicios y
funciones "full", son una constante no sólo en Ameríca Latina. Es común en TODO EL MUNDO.
Para mejorar el contexto de esta nota, te cuento que soy un autor que trabaja desde hace más de veinte años. Soy un autor de cuentos, reflexiones, poesía y novelas que distribuyo bajo diferentes seudónimos. También soy escritor de contenidos técnicos: guías, libros, videos y contenidos multimediales que distribuyo bajo mi nombre real. Ni mis seudónimos ni mi nombre real son secretos. Puedes encontrarlos en mis redes sociales y en mis numerosas webs.
Es por este último motivo (mi actividad como autor), que los derechos de propiedad intelectual me interesan particularmente.
La importancia de respetar el derecho de propiedad intelectual
En
un mundo donde la creatividad y la innovación son claves para el
progreso, la protección de la propiedad intelectual se vuelve un tema
fundamental. Sin embargo, a menudo se piensa que esta protección solo beneficia a grandes empresas o artistas famosos. La
realidad es que las leyes de propiedad intelectual son esenciales para
proteger a todos los creadores, especialmente a los autores menos
conocidos o más pequeños (como yo).
Cuando una sociedad respeta el derecho de autoría, se reconoce el esfuerzo y la dedicación que un autor ha puesto en su obra. Se
le otorga el derecho a recibir una compensación económica justa por su
trabajo, lo que le permite seguir creando y aportando a la sociedad.
A todos les gustan los productos gratuitos. Pero
para producirlos, los autores deben esforzarse, invertir su propio
dinero, trabajar en proyectos que llevan muchísimas horas de trabajo,
corregir, etc. Detrás de un
videojuego, una guía, un video educativo, hay horas de esfuerzo y
dedicación que impiden que el autor trabaje en algo lucrativo hasta
terminar su tarea y distribuirla para que la disfrutes. Algunos autores venden su producción. Otros simplemente te piden una colaboración a cambio.
Y tú ¿que crees? ¿Que la gente en Latinoamérica es generosa? ¿Que las personas aportan donaciones para que los autores sigan creando? Pues no. No lo hacen. Como una muestra más del extremo egoísmo de la raza humana. NADIE APORTA O COLABORA voluntariamente con los autores. Si
un autor quiere obtener beneficios de su trabajo, sólo tiene la buena
voluntad de las personas y las leyes de propiedad intelectual, que
generalmente son pisoteadas en una elección mezquina e inmadura de una
sociedad individualista que sólo piensa en sí misma.
Una
sociedad que es egoísta como la vida misma. Así es el mundo. Aunque te
niegues a creerlo mientras miras miras hacia otro lado y pirateas un juego de un joven que invirtió 4 años de su vida en desarrollarlo.
Si los autores no recibieran una retribución por su trabajo, muchos se verían desincentivados a crear.
La protección de la propiedad intelectual asegura que los creadores
puedan vivir de su trabajo y que continúen produciendo obras originales y
de calidad.
Los autores son pilares del desarrollo económico
Las industrias creativas son un motor importante del desarrollo económico. La protección de la propiedad intelectual genera inversiones, crea empleos y contribuye al crecimiento económico general.
Las
leyes de propiedad intelectual están diseñadas para ofrecer una
protección especial a los autores menos conocidos o más pequeños. Estos autores suelen tener menos recursos que las grandes corporaciones para defender sus derechos, por lo que las leyes les brindan mecanismos para que puedan hacer valer sus derechos de manera efectiva en cada país.
Respetar
el derecho de propiedad intelectual no solo es un acto de justicia
hacia los creadores, también fomenta la creatividad, la innovación y el
desarrollo económico. Cuando proteges a los autores más pequeños, estás protegiendo la riqueza cultural y el futuro de la creación.
Si no conoces las leyes de propiedad intelectual, deberías:
- Informarte sobre las leyes de propiedad intelectual en tu país.
- Atribuir siempre la autoría de las obras que utilices.
- Solicitar permiso antes de reproducir o distribuir obras protegidas por derechos de autor.
- Respetar los derechos de los demás creadores.
Tu puedes construir un mundo donde la creatividad sea valorada y recompensada, y donde todos los autores tengan la oportunidad de prosperar. La alternativa es que cada vez hayan menos autores de calidad y menos productos gratuitos que puedas disfrutar.
Soy
consciente que el ser humano es terco, ingrato y sobre todo bastante
egoísta para saber lo que es la solidaridad para con el prójimo. Si tienes una mente abierta, habrás entendido la razón de esta nota. Si no, seguirás siendo el egoísta que se niega a reconocer el valor de los aportes de otras personas.
Lamento no ser más explícito e interesante. Pero es que el tema me ABURRE enormemente y me quita tiempo para luchar contra la piratería de mis obras.
Por Ricardo Ponce
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