Porque fracasan las políticas educativas

  

¿Por qué fracasan las políticas educativas?


En los países subdesarrollados como Argentina, los docentes conocemos de primera mano la incompetencia de los Ministerios de Educación y de sus funcionarios.

Un funcionario público debería tener una serie de virtudes que le faciliten desempeñar su cargo de manera efectiva. Pero sabemos que los funcionarios no se eligen por su idoneidad, sino por su afinidad, por su servilismo o por su persistencia histórica en el cargo. Pero no por sus capacidades, destrezas o competencias.

Entre las virtudes más importantes que debería tener un funcionario de la cartera de educación se encuentran:

  • Compromiso con la educación: Ser una persona comprometida con la educación y con la misión de mejorar el sistema educativo  facilitaría el estar motivado a trabajar por el mejoramiento del sistema educativo. ¿Cuándo fue la última vez que un educador comprometido y de reputación llegó a ser funcionario de esa cartera en virtud a su excelencia académica? Probablemente nunca en los últimos 70 años.
  • Liderazgo: Los funcionarios en educación deberían ser líderes capaces de inspirar y motivar a los diferentes actores del sistema educativo. La meta de trabajar por un objetivo común con los educadores debería ser la regla y no la excepción. ¿Cuándo fue la última vez que un funcionario escuchó a la comunidad educativa?. Nunca ¿verdad?. Es el problema de los obsecuentes. No hacen lo mejor, sino lo que se espera de ellos. Eso denigra la escasa reputación de los funcionarios públicos.
  • Competencia técnica: Es de suponer que en país que intenta avanzar, los funcionarios que ocupan cargo en la cartera educativa deberían ser elegidos por sus conocimiento profundo del sistema educativo y del mundo laboral. Porque seamos sinceros. Sin importar el nivel, la cartera educativa apunta en última instancia al mundo laboral. Evidentemente cuando la infraestructura edilicia de los establecimientos no está a la altura, ni los presupuestos educativos son suficientes, es imposible mejorar la calidad de conocimientos que  los estudiantes necesitan para ingresar al ambiente laboral. ¿Usted conoce libros o artículos publicados por algún funcionario de la cartera educativa? Yo tampoco. Sin competencia técnica un funcionario será incapaz de tomar decisiones informadas sobre las políticas educativas prioritarias.
  • Comunicación efectiva: Los funcionario deben ser comunicadores eficaces para poder transmitir ideas y planes a los diferentes actores del sistema. Eso permite tomar decisiones en un ámbito de consenso y cooperación. ¿ Usted cree que sus superiores deciden por ellos mismos o por imposiciones del sistema? ¿Realmente se siente consultado y está de acuerdo con las ideas de la cartera educativo? No, ¿verdad? Esto sucede porque los funcionarios suelen ser elegidos por su capacidad de servilismo en el sistema político y no por sus aptitudes e idoneidad.
  • Trabajo en equipo: Un funcionario debe ser capaz de trabajar en equipo con los diferentes actores del sistema para lograr los objetivos comunes. Esto le permitiría al estado aprovechar el conocimiento y la experiencia de los diferentes actores del área educativa. Pero nos encontramos en una situación extrema en donde falta hasta la ética de trabajo mínima. ¿No se ha cansado ya de presentar proyectos que son aprobados con nombres de otros funcionarios?
  • Integridad: Los ministerios deberían tener funcionarios íntegros y honestos que inspiren confianza en los diferentes actores del sistema.  En nuestro caso, del sistema educativo. En Argentina se hace difícil hablar de integridad de los funcionarios.

Apenas hemos tocado algunas cualidades que deberían tener los funcionario "de carrera" para lograr los objetivos técnicos requeridos. Pero usted y yo, que estamos en las aulas y que luchamos con un sistema obsoleto, corrupto y plagado de incompetentes, sabemos que se hace imposible implementar políticas educativas eficaces mientras la planificación y el consenso de todos es ignorado persistente y durante tanto tiempo.

Antes de implementar cualquier plan educativo, se hace necesario reemplazar incompetentes por funcionarios idóneos y respetados por la comunidad educativa. Sólo a partir de allí podremos construir un nuevo y moderno sistema educativo.


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